Hace apenas unas semanas, mientras revisaba mis mensajes en el estudio, recibí una sorpresa inesperada: un mensaje de mi amiga Macarena, quien casualmente estaba en París por unos días. No podía creerlo. París, la ciudad que había soñado capturar a través de mi lente desde hacía años, y ahora, de la manera más inesperada, me encontraba con la oportunidad de hacer una sesión allí. Sin pensarlo demasiado, reservé un tren y empaqué mi nueva Nikon ZF.
Al llegar, el cielo estaba nublado, perfecto para las tomas en blanco y negro que había imaginado. Nos encontramos cerca del Museo del Louvre, un lugar tan icónico que resultaba casi irreal tenerlo de fondo. Macarena, como siempre, traía una elegancia y naturalidad que parecían hechas para una sesión en París. Al verla, supe que estábamos a punto de crear algo especial.
Iniciamos la sesión en las cercanías del Louvre, donde la arquitectura clásica y las líneas del edificio resaltaban con fuerza en los tonos monocromáticos de mi Nikon. Cada clic de la cámara parecía detener el tiempo; podía ver en el visor cómo las sombras y luces bailaban en torno a Macarena, mientras ella posaba con una mezcla de soltura y sofisticación. París parecía susurrarnos secretos a cada paso, como si sus rincones estuvieran esperando que alguien los inmortalizara.
Lo que más me sorprendió fue la fluidez de la sesión. Sin necesidad de muchas palabras, ambos sabíamos exactamente lo que queríamos capturar: la esencia de París y la elegancia atemporal de Macarena. Los turistas y transeúntes parecían desvanecerse, y solo quedábamos nosotros, el Louvre y la atmósfera mágica de la ciudad. Cada imagen era un sueño cumplido, una postal perfecta de esa conexión entre fotógrafo, modelo y escenario.
Al revisar las fotos más tarde, supe que habíamos logrado algo único. Cada imagen en blanco y negro reflejaba no solo la belleza de Macarena y de París, sino también la realización de un sueño que había albergado durante años. París me había regalado su alma en esas imágenes, y Macarena, mi musa en esta ocasión, había hecho que ese sueño fuera incluso más especial.
BRVJO
