Hace unos años, mientras navegaba en internet, me topé con un colgante de cuarzo que me atrapó de inmediato. Había algo en él que me llamaba la atención, así que empecé a investigar más. Justo en esos días, conocí a una persona que se dedicaba a hacer joyas y que estaba buscando a alguien para fotografiar sus piezas. No dudé en ofrecerme y propuse un intercambio de trabajo: yo haría las fotos, y ella me entregaría una joya similar al colgante que tanto me gustaba.
Pero cuando me dio la pieza, aunque era bonita, no era exactamente lo que había imaginado. Fue entonces cuando surgió en mí la inquietud de intentarlo por mi cuenta. Así que decidí aprender orfebrería, para ver si lograba crear algo a mi gusto, algo que realmente conectara con mi visión. Y, desde ese momento, la orfebrería se transformó en un hobby y una terapia.
Descubrí que trabajar con metales y piedras me daba una satisfacción muy especial: la sensación de hacer algo tangible, algo que, a veces, en la fotografía digital se pierde un poco. Sentí que esa necesidad de crear, de ver un resultado físico de mis manos, se convertía en una pasión que crecía con cada experimento y cada pieza nueva que hacía.
Mi creatividad encontró una nueva expresión en la orfebrería, y resultó ser algo que no solo disfrutaba, sino que también me permitía generar ingresos. Cada pieza que creaba llevaba algo de mí, y con el tiempo descubrí que podía venderlas y que a la gente realmente le gustaban. Fue emocionante ver cómo mi pasión se convertía en algo más grande y significativo.
Ahora, después de varios años, he decidido retomar la creación de talismanes. Esta vez, la idea va más allá: quiero construir una marca que no solo se trate de joyería, sino de diseño y venta de objetos que realmente me apasionen.
Y todo en el NO COLOR NEGRO
Así que, bienvenidos a mi proyecto: STORY-B.
BRVJO